Llega el invierno y es época de abrigarse bien. Como el tiempo que hace fuera es frío y húmero solemos pasar más tiempo en casa al calor de una buena calefacción, lo cuál siempre aumentará el gasto energético, algo con lo que contamos todos los inviernos. Tampoco hay que abusar de ella poniéndola al máximo porque luego los contrastes térmicos extremos pueden causarnos algún que otro resfriado. Muchas de las viviendas actuales no cuentan con un sistema de aislamiento térmico óptimo y gran parte del calor generado se pierde fácilmente por una deficiente conservación de la temperatura. A continuación te proponemos varias ideas para que puedas ahorrar en calefacción utilizando la propia decoración de tu casa, no se trata de suprimir la calefacción y caminar con guantes, bufanda y forro polar por la casa, sino de aprovechar algunos elementos y recursos que pueden añadir un plus de calor a tu hogar. En homify te descubrimos cómo conservar la temperatura.
Si no se dispone de calefacción por hilo radiante, la madera, tarima o parqué, es el suelo cálido por excelencia. No obstante no está exento de los rigores del invierno. Sea cual sea el suelo de la casa, utilizar alfombras de lana que aíslen del frío es una buena medida para pisar sobre caliente. Utilizar un calzado cómodo y bien abrigado para estar por casa garantiza todavía más que el frío no se instale en nuestros pies.
Si tenemos la fortuna de que nuestra vivienda está orientada hacia el sur y contamos con un balcón o ventanal, podemos utilizar la luz del sol como calefacción natural, permitiendo que penetre con toda su intensidad durante las horas de sol y evitar en ellas el uso de la calefacción.
Si en la imagen anterior proponíamos aprovechar al máximo la luz del sol, en ésta, la propuesta es aprovechar unas cortinas gruesas con las que cerrar ventanas y balcones para aislarse del frío exterior lo máximo posible. Hoy en día las ventanas cuentan con triple, cuádruple y hasta quíntuple acristalamiento, lo que garantiza una eficiencia energética mucho mayor en las viviendas. Pero nunca está de más apoyarse en unas gruesas y confortables cortinas.
Vuelven las bolsas de agua caliente. Ese viejo accesorio utilizado tanto para aliviar los dolores de espalda o de tripa como para calentar la cama en invierno, se renueva a si misma y vuelve a surgir con fuerza disfrazado con nuevos diseños mucho más cálidos y agradables; la vieja funda de tela es sustituida en esta imagen por forros de lana estampados con renos que hacen que el invierno sea mucho más acogedor.
Con esta sugerencia no tratamos de que sustituyas la calefacción por un sistema de velas. Tampoco dan para tanto, pero sí que pueden aportar un toque de calidez al ambiente, haciéndolo mucho más acogedor. En internet puedes buscar algún que otro truco con velas y macetas de barro para generar un sistema de calefacción artificial y muy barato. La imaginación nunca se enfría.
También podemos actuar desde el exterior de la vivienda, colocando en las ventanas cierres o contraventanas de madera que poseen una gran capacidad de aislamiento térmico; además de proporcionar un atractivo aspecto rústico. Evidentemente la ciudad no es el lugar indicado para este tipo de complemento pero sí en el chalet de la sierra o la casa del pueblo.
Obviamente, en un artículo para ahorrar en calefacción no podían faltar las mantas. Un gran aliado en los momentos de sofá o de lectura que nos ayudan a conservar el calor en el cuerpo sin necesidad de poner la calefacción al máximo.
Algunos hogares tienen la fortuna de disponer de una chimenea o estufa de leña. Este sistema es mucho más económico y ecológico que los sistemas de calefacción actuales por electricidad o gas natural, y además con mucho más encanto y romanticismo. El fuego siempre ha tenido un alto poder hipnótico y en torno a él se han reunido las familias. Las chimeneas actuales cuentan con sistemas de regulación del calor y medidas de protección altamente fiables para evitar cualquier tipo de accidente y hacer de su uso algo muy sencillo y confortable.
Con el invierno toca cambiar la ropa de cama y sustituir las sábanas y colchas por un buen edredón al que podemos incorporar, si ya somos muy frioleros, algún que otro complemento más. Las alfombras harán que el calor se conserve en la superficie y no se mitigue por la temperatura más baja del suelo.
En invierno, el frío exterior llega a todas las paredes de la casa. Si no podemos actuar fuera contra el frío, sí lo podemos hacer dentro aislando las paredes de un modo sencillo: podemos colocar estanterías con libros u otros elementos colgantes como tapices o grandes cuadros. Además de aislarnos del frío, ponemos una nota decorativa que viste el salón o cualquiera de las habitaciones.
Si quieres tener más ideas sobre cómo mantenerte la casa alejada del frío visita este oro libro de ideas: 7 maneras de mantener tu casa caliente este invierno.