La decoración no es sólo una cuestión de estética y diseño, cada vez crece más la inquietud por la salud y el uso de materiales y compuestos que no sean nocivos para las personas. Hoy en día estamos rodeados de multitud de sustancias tóxicas para la salud, convivimos con numerosos productos que incluyen componentes perjudiciales para nuestro organismo y no somos conscientes de ello. Incluso en nuestro propio hogar corremos el riesgo de estar expuestos a algunos de estos compuestos. Como consecuencia de esta situación se han desarrollado nuevas enfermedades como los trastornos por sensibilidad química múltiple que cada vez afectan a un mayor número de personas. En este artículo queremos ayudarte a desenmascarar a esos enemigos silenciosos y también a ofrecerte la tranquilidad de aquellos otros productos en los que sí puedes confiar.
En las pinturas puede haber sustancias muy perjudiciales. Y teniendo en cuenta las grandes superficies que pueden cubrir en un hogar las convierte en un elemento muy importante a la hora de hablar de la exposición a sustancias químicas tóxicas. El ejemplo más conocido es el del plomo, cuyo uso ha sido limitado en muchos países por las evidencias aplastantes de los daños sanitarios producidos. Durante un tiempo también se usaron mucho otras sustancias como los famosos policlorobifenilos (PCBs) de tan negro historial sanitario y ambiental. La lista de sustancias perjudiciales que se han venido empleando en las pinturas incluye otros metales pesados como el mercurio y el cadmio, compuestos como el tolueno, xileno o el estireno y, por supuesto, sustancias tan problemáticas como las resinas epoxi, las resinas de melanina, formaldehído, hidrocarburos alifáticos, cetonas, glicoles, fungicidas. En homify te recomendamos que te fijes en el etiquetado de los productos y consultes con los fabricantes.
Es uno de los compuestos orgánicos básicos más importantes de la industria química. Uno de sus
usos es la fabricación de textiles libres de arrugas o desarrugados. En éstas el contenido en metanal libre podía alcanzar hasta el 2 % del peso total del textil como es en la mayoría de los casos. Actualmente se ha bajado el contenido y si supera el 0.15 % éste debe ser declarado en la etiqueta con la recomendación de lavar la prenda antes de usarla, debido a su gran toxicidad al combinarse con átomos ionizados negativamente libres en el ambiente bajo condiciones normales de presión y temperatura. Una vez más te recomendamos mirar el etiquetado de los productos y seguir las recomendaciones del fabricante.
Cualquier elemento decorativo como vinilos o papel pintado que van adheridos a la pared, u otros objetos cuya fijación se realiza mediante pegamento, son susceptibles de ser tóxicos si no se ha empleado un adhesivo libre de toxicidad. Los profesionales de cada campo conocen mejor que nadie la toxicidad de estas sustancias porque trabajan a diario con ellas y es su salud la que está en juego. Por lo tanto fíate de sus recomendaciones y consejos.
A la hora de hablar de un hogar sano las alfombras y moquetas son un capítulo importante. Entre otras cosas porque pueden ser un nido de toda suerte de cosas, incluidas las múltiples sustancias químicas que contiene el polvo doméstico. Además, pueden haber sido puestas a la venta incorporando en ellas sustancias nocivas como retardantes de llama o formaldehido, como hemos visto antes. Para prevenir que se conviertan en un refugio para hongos y ácaros, es frecuente que vengan de fabrica cargadas de pesticidas. Una vez más consulta con el fabricante.
El polietileno es el polímero más simple, químicamente inerte, o dicho de otro modo, uno de los plásticos más comunes debido a su bajo precio y simplicidad en su fabricación, lo que genera una producción de aproximadamente 60 millones de toneladas anuales alrededor del mundo. Es una materia prima muy utilizada en diferentes sistemas de envasado por su reducido coste y su nula toxicidad. También en decoración donde está presente en diferentes complementos y elementos del mobiliario como muebles, lámparas y utensilios de cocina. Su uso no entraña ningún riesgo para la salud. Especialmente si se trata de la salud de los más pequeños.
Los productos, sustancias y materiales que han sido fabricados mediante procesos ecológicos aparecen identificados con una etiqueta que, o bien hace referencia a la ausencia de productos tóxicos, o bien a un origen procedente de fuentes naturales. Confía en la información que aparece en la etiqueta y compra siempre que puedas productos libres de sustancias tóxicas.
Para completar estos consejos y trasladarlos a la decoración, te recomendamos Ideas de decoración para una vida sana.