¿Cuántas veces has cambiado tu entrada? Has jugado con el color, ese macetero aquí, has cambiado de puerta principal y luego, como si nada, has construido una reja. Al final quién nos entiende, Homify ¡Por supuesto! Por eso, hoy traemos este espectacular libro de ideas que tiene nada menos que 33 para que te satisfagas de una vez por todas y organices esa entrada como siempre la has pensado en tu cabeza, pero no entiendes porqué en la realidad queda tan distinta.
¡Comienza a tomar nota!
En atreverse está el acierto y quién dice que no con esta atrevida puesta en escena. Una gran puerta en madera clara con un lado en piedra y el otro en color morado. Un estilo ecléctico que nace a raíz de lo rústico ¿No?
Esta idea deja entrever lo que hay en casa, juega con mostrar y guardar. Por lo mismo, es una excelente alternativa para quienes no convence la idea de dejar todo a la vista.
Este detalle corresponde a la imagen anterior, y vale la pena resaltar porque el muro divisorio es una celosía de concreto, una fina obra de arte, un trabajo elegante y detallista para tratarse de una entrada.
Las plantas siempre serán nuestros fieles amigos decorativos, todo lo iluminan, lo elevan, lo alegran y lo visten en color.
Un color o mezcla de colores puede ser un elemento poderoso para atraer y hacer de la entrada algo inolvidable. Eso sí, es bueno trabajar en papel y luego llevar a la práctica. Así no se arrepiente!!
Esta piedra es un lujo, y lucirá en cualquier parte que se instale. Para realzar su belleza y no ser esclava de su limpieza usted puede vitrificar y realzar aún más su color.
Esta entrada romántica es una pequeña obra de arte, con piedra rústica irregular pareciera que nos traslada en el tiempo y nos llevara al pasado. Sin duda una entrada difícil de olvidar.
Una entrada con escalera es el ideal, cada peldaño nos acerca al umbral y nos hace pensar en qué habrá al cruzar la puerta. Sirve para mantener el suspenso y la ansiedad de quien entra a la vivienda.
Estas entradas se están usando cada día más, y para las casas mediterráneas modernas o minimalistas, que cuentan con una arquitectura apoteósica son ideales, ya que hacen de la entrada un lugar opulento y ostentoso.
El otro extremo del minimalismo, aquel que trata de minimizar hasta la entrada de la casa. De igual forma es increíble y encantadora.
El fierro pareciera ser un material que va en retirada, pero al mirar esta entrada ¿Creen de verdad que debiera irse? El detalle de la puerta es magnífico, una pequeña y sencilla obra de arte que se teje como un jardín.
¿Qué tal? Recibir así a los invitados no está mal ¿No? Hasta se puede improvisar un recibidor y pasar un buen tiempo en él.
¡En gustos no hay nada escrito! Algo muy distinto a lo tradicional, hablamos de las escaleras hacia arriba, pero ¿Bajarlas? Igual aumenta el suspenso, aunque un poco tenebroso ¿No cree?
La infaltable reja negra con espacio, que permite hablar, atender, recibir y pasar sin tener que abrir jamás la puerta. Un increíble y útil invento del siglo pasado ¡Notable!
Otro extremo de la arquitectura moderna, grandes ventanales que dejan verlo todo, decoración, interiorismo, vida íntima, absolutamente todo. Si nos fijamos en la entrada, ésta se encuentra enmarcada como el gran umbral.
Esta entrada clásica tiene detalles únicos, los pilares, el techo en U invertida y una bella fuente que relaja la espera de quien está afuera.
Para quebrar la monotonía de la fachada se pueden hacer estos muros que enmarcan la puerta principal y quiebran el contexto de la vivienda.
Toda entrada debería estas apoyada de un techo o alero, que permita conversar y recibir algo sin mojarse bajo la lluvia. Sobretodo si no dejamos pasar a cualquier persona a nuestra casa.
Al igual que el techo, la iluminación es fundamental en este espacio de la casa, permitirá ver con mayor claridad quien golpea a la puerta y saber si abrir o no.
Ya dije que había para todos los gustos, y esta entrada loca y colorida es un ejemplo de ello.
Esta entrada es para valientes, un gran ventanal que lo muestra todo y deja a la vista la intimidad del hogar.
Nada puede ser mejor que recorrer varios escalones para llegar al destino. Con cada peldaños podemos arrepentirnos o apurarnos para entrar a la casa.
Esta entrada es como ir a ver a tu amiga a la playa, simplemente refrescante por donde se mire. Te traslada a otro lugar y estación del año.
Una entrada rústica, acogedora y natural, pareciera que esta entrada es parte del jardín y no una casa.
Otra idea romántica y encantadora. Pequeños arbustos hacen de cerco natural y marcan el paso por el que debes andar para llegar a la entrada de la casa.
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Cuando uno piensa que ya lo vio todo aparece esta maravilla. Una gran puerta sólida y maciza que advierte que aquí no entra cualquiera.
Construida en fierro, los dueños han decidido pintarla en gris azulado. Un gran acierto del grupo Estudio Roma.
Este tipo de entradas son muy interesantes, porque quienes conocen a los habitantes sabrán como entrar o se interesarán en buscar la puerta principal, pero quienes no buscan aquello es difícil que pierdan su tiempo haciéndolo.
Otra alternativa clásica y elegante, que sólo puede proporcionar el fierro. Las cornisas exteriores también aportan con lo suyo en esta composición.
Una idea diferente pero a la cual se le puede sacar mucho provecho. Imagínese el borde derecho lleno de flores coloridas y arbustos verdes. El resultado sería de cuentos de hadas.
Nada mejor que hacer de nuestra entrada exterior un hall. Esta alternativa nos permitirá conversar sin la necesidad de verse en la obligación de dejar entrar un extraño a casa.
La puertas en madera nativa y bien macizas son las ideales a la hora de preparar nuestra entrada. Éstas se imponen y generan cierta seguridad que es difícil de saltar.
Para lograr una entrada vanguardista y muy moderna, sólo debe mezclar estos dos colores.
Algo muy parecido a lo que hemos visto anteriormente, una entrada que no está al centro, sino, a un costado, tapada por un muro divisorio.
Esta entrada sería sin duda la que Barbie y Ken tendrían en su cada en Malibú. Una entrada paradisíaca, con algo así es difícil pensar en cómo lucirá el interior.
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