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En Verolanuova, en la provincia de Brescia, Italia, hemos encontrado este edificio que data de los años 60 y que gracias al equipo de arquitectos de NCe Studio3 ha encontrado una nueva vida, pasando de tener un estilo obsoleto y anticuado a convertirse en una residencia moderna y llena de frescura. El objetivo era dotar al barrio de aires nuevos, con otras materialidades y colores a los que no están acostumbrados los vecinos.
¿Queréis conocer la transformación? Entonces, no os perdáis la visita.
Como podemos comprobar en la fotografía, la antigua fachada resultaba monótona y tremendamente anticuada. Respondía a una estética ya pasada de moda, pero que tampoco tuvo en su momento una inquietud por resultar especial. El jardín no sigue ningún diseño preconcebido, sino que se ha limitado a un césped sin ninguna gracia. ¡Pero esto ha cambiado por completo!
¡No parece la misma! Un simple cambio de color ha dotado a la vivienda de un aspecto mucho más moderno y elegante. El gris oscuro del revestimiento junto con la franja de piedra han conseguido un gran cambio. Ahora la vivienda es capaz de atraer las miradas.
Podemos intuir desde fuera las dos plantas en las que se configura la casa. La baja, destinada a las zonas de servicio como el garaje y la bodega, y la alta, donde se encuentran los tres dormitorios, la sala de estudio y el baño.
Alrededor de la casa empiezan a aparecer espacios al aire libre que permiten el disfrute de los días soleados pero sin perder intimidad. Se han colocado en rincones estratégicos, donde los propietarios puedan sentirse protegidos de las miradas ajenas. Como el rincón de la fotografía, decorado con muebles de jardín de estilo vintage.
¡El protagonista indiscutible en este espacio es la luz! El comedor busca que la luz fluya por todos sus rincones, por eso los diseñadores han elegido muebles de líneas sencillas y todos ellos en blanco. El vidrio es otro de los elementos predominantes, puesto que se encarga de llenar el espacio de múltiples reflejos. Lo vemos tanto en la lámpara como en la partición que separa el comedor del hueco de la escalera. El gris, el úncio color que encontramos en el comedor, se usa para contrastar con el blanco y combinar con la madera del pavimento para crear una ambiente elegante y acogedor.
La sala de estar se comunica con el comedor y también con la cocina. Es una amplio espacio, pero en el que cada estancia tiene su zona bien definida. El salón se separa del resto mediante el sofá, de terciopelo y en color gris, siguiendo la tonalidad del resto de la casa. Y la cocina, aunque abierta, se encuentra detrás de un vano que le confiere cierta intimidad. En ella, una península actúa como barra de desayunos y le da la espalda al resto de la sala.
