Hay pocos olores que puedan compararse con el inconfundible aroma del café, una delicada fragancia que, ya sea a primera hora de la mañana, a media tarde o en cualquier momento del día, seduce e inspira a partes iguales. Pero los beneficios del café trascienden del deleite a los sentidos y, más allá de sus propiedades en términos de salud, tiene diversas aplicaciones prácticas en el hogar.
Los más cafeteros compartirán el hecho de que, al cabo de los días, pueden acumularse importantes restos de café molido que, en la mayoría de los casos, terminarán en la basura ¿dónde si no? La respuesta a la pregunta depende de las necesidades y gustos de cada uno y es que en la práctica, el café molido puede tener muchas vidas. Los ‘posos’ del café tienen propiedades de todo tipo y, por eso, conviene conocerlas para aprovecharlas tanto en el diseño y decoración de interiores, como en el mantenimiento diario del hogar.
¿Preparado para descubrir las bondades de reutilizar el café molido? ¡Una taza, por favor!
Los elementos naturales como el café molido constituyen un rico universo de soluciones para plantar cara a los malos olores dentro del hogar. Uno de los escenarios que, con mayor o menor frecuencia, es susceptible de albergar ciertos aromas poco recomendables es la cocina. Bien por su naturaleza práctica, bien porque en ella confluyen elementos tales como alimentos que pueden degradarse, tuberías o similares, lo cierto es que es una estancia de la casa en la que el sentido del olfato se activa notablemente.
Como aliado en la prevención de malos olores, puedes emplear el café, por ejemplo, en la nevera. Colocar un vaso con posos de café en el interior no sólo trasladará su inconfundible aroma al mismo sino que, además, te ayudará a absorber posibles malos olores. También puedes emplearlo en la batalla contra los malos olores que, a veces, emanan de los desagües. La aplicación, en estos casos, requerirá que viertas media taza de café molido reciclado y, a continuación, el equivalente a medio litro de agua hirviendo por el desagüe.
Si lo que buscas es algo más general, un remedio que sirva para cualquier habitación de la casa, siempre puedes apostar por un ambientador a base de café molido reciclado. En estos casos es importante tener presente que, si vas a reutilizar los posos, antes de hacerlo será necesario que elimines cualquier resto de humedad. La razón es tan sencilla como que su presencia propicia la aparición de moho y, en tal caso, su uso podría resultar contraproducente.
El proceso es muy fácil: sólo hay que secar bien el café molido, introducirlo en una bolsa de papel y colocarla en el lugar en el que deseemos eliminar malos olores. Como ambientador natural propiamente dicho también puedes recurrir a los granos de café, esto es, la antesala de los posos (aunque eso te privará de poder utilizarlo para paladear esta bebida energizante). Para hacer tu propio ambientador natural hay multitud de fórmulas aunque, una de las más sencillas es colocar posos secos o granos de café en una media o calcetín fino y cerrarlo con un cordón de esparto (para darle un toque DIY). Cuando lo tengas listo, sólo habrás de elegir ubicación y dejar que su fragancia se extienda y conquiste a los sentidos.
Dentro del hogar no sólo hay muebles y enseres varios dando vida a atmósferas increíbles. Entre las paredes de la casa conviven con estas piezas del mobiliario un amplio elenco de pertenencias, tales como ropa o zapatos, que también pueden ser fuente de aromas ‘peculiares’. El café molido encuentra una nueva vida como aliado en la batalla contra estos olores. En el caso de los zapatos, por ejemplo, puedes combatirlos e, incluso, minimizar la humedad que tienden a acumular en su interior, colocando en los mismos una bolsa con restos de café. Los posos, previamente desecados, absorberán tanto la humedad como el conflictivo olor a pies.
La misma mecánica se aplica en el caso del interior de armarios, vestidores o soluciones de almacenamiento similares. Basta con colocar un ambientador natural a base de café molido para conseguir mantener a raya la posible humedad o aromas indeseados.
Al margen de su poder aromático, los restos de café molido son populares entre quienes apuestan por remedios caseros para la limpieza de la cocina. Hay, incluso, quienes defienden que tiene aplicación práctica en encimeras, cocinas y hasta menaje pero, en nuestro caso, nos centraremos en su capacidad para absorber la grasa.
En muchas ocasiones, ollas, sartenes y enseres varios acumulan manchas de aceite y grasa en sus superficies que son difíciles de eliminar. Los restos de café molido son perfectos para deshacerte de ellas. Su textura arenosa y su naturaleza absorbente hacen que este tipo de manchas desaparezcan con facilidad. Además, una vez empleados con fines de limpieza, puedes depositarlos en el cubo de la basura minimizando así los olores propios de la basura en verano.
En materia de jardinería el café molido también es un gran aliado, entre otras cosas, porque es genial para hacer compost. En general, podemos decir que es un fertilizante natural maravilloso ya que es rico, por ejemplo, en potasio, fósforo y otros elementos. Su uso directo sobre la tierra puede realizarse de diferentes maneras aunque es frecuente como complemento en plantas que requieren de tierra ácida o para el cultivo de setas y hongos.
El asesoramiento experto resultará de gran utilidad a la hora de aplicarlo en el jardín, entre otras cosas, porque es especialmente beneficioso para ciertas plantas como zanahorias o rábanos.
Seguro que has visto en multitud de ocasiones productos destinados al cuidado personal que incorporan el café como parte de su composición. La razón no es otra que su carácter exfoliante. Puedes aplicarlo directamente sobre la piel una vez hayas secado los posos. Esto te permitirá eliminar las células muertas e, incluso, combatir la celulitis. Si tienes tiempo y ganas también puedes mejorar la fórmula mezclando los restos de café molido con aceite de coco o almendras, yogur y huevo y dejar actuar la mascarilla natural sobre la piel.
Las aplicaciones estéticas son tremendamente amplias aunque conviene recordar que, al igual que en el caso de los espacios, los restos de café son ideales para eliminar, por ejemplo, los olores derivados de la limpieza de pescado u otros alimentos.
No podíamos dejar de incluir en nuestro repaso por las fórmulas más populares para reutilizar el café molido, un capítulo especial para los más pequeños de la casa. ¿Eres fan de las manualidades? Entonces esta idea te encantará. Se trata de elaborar una pasta al estilo de la plastilina pero, en este caso, con ingredientes 100% naturales de tal manera que, cualquier pequeño, pueda utilizarla.
¿Cómo conseguirla? La elaboración es tan sencilla como mezclar harina y restos de café molido e ir añadiendo agua hasta darle la consistencia deseada. No sólo les proporcionarás a tus pequeños un nuevo juguete sino que puedes aprovechar el proceso de creación para disfrutar en familia. ¿Te apuntas?